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A la luz de los datos, sobra explicar por qué existe un día dedicado para resaltar la importancia de alcanzar la participación plena y equitativa de las mujeres y las niñas en la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas.

Y es que en el mundo no solo el porcentaje del personal de investigación femenino es significativamente menor, las mujeres también reciben menos fondos para desarrollar proyectos y tienen menos posibilidades de lograr un ascenso.  

Así lo cuenta la Organización de las Naciones Unidas, ONU, que explica cómo esta evidente subrepresentación de las mujeres “limita su capacidad para encontrar soluciones sostenibles e inclusivas a los problemas modernos y así construir una mejor sociedad para todas”.

En Colombia, según datos del Ministerio de Ciencias, del total de investigadores en el país, solo el 38 % son mujeres, una brecha que se acrecentó con la pandemia, pues en muchos casos varias tuvieron que abandonar el inicio o la continuación de sus estudios.

Estos datos de Colombia y el mundo no difieren mucho de lo que pasa en la Uniagustiniana a través de su Facultad de Ingeniería donde, por ejemplo, según cifras de la Coordinación de Egresados, mientras del programa de Ingeniería en Telecomunicaciones se han graduado 102 hombres, solo lo han hecho 15 mujeres. Así también ocurre con la Tecnología en Desarrollo de Software, que tiene 108 egresados hombres y solo 17 mujeres.  

 

Gráfico

 

El panorama cambia un poco con el programa de Ingeniería Industrial, donde las cifras son algo más parejas, pues se han graduado 274 hombres y 208 mujeres. Para Nidia García, decana de la Facultad de Ingeniería de la Uniagustiniana, esta disparidad se debe en parte a una percepción errada sobre el liderazgo de las mujeres: “nosotras somos multifuncionales sin perder de vista el objetivo de nuestro trabajo”. Para ella “se ha demostrado científica y estadísticamente que los equipos liderados por mujeres son más efectivos, organizados y con mejores resultados”.

La decana García es clara al decir que el apoyo de los hombres es fundamental en los equipos, pero la representación de las mujeres también lo es. Como sucede en la Uniagustiniana, donde según indica, “un número importante de docentes mujeres dirigen y lideran proyectos sustantivos en el área de la investigación, la proyección social y la internacionalización, empoderando el género femenino”.

Varias expertas coinciden en  que culturalmente el trabajo de las mujeres se ha asociado a los roles de cuidado y crianza, y ese sesgo hace que hoy muchas no tengan referentes femeninas en estos campos de la ciencia y la ingeniería. Y aunque en el país todavía escasean los datos sobre cómo la pandemia ha afectado esta productividad científica en general, los problemas que el mundo enfrenta actualmente deben contar con la solución de todos los talentos posibles y el papel de las mujeres y las niñas en la ciencia no solo es el de beneficiarias, sino también el de agentes de cambio.

 

¡Por más y mejores espacios para las mujeres y las niñas en la ciencia!