Pasar al contenido principal

Daniel Martínez Tatis, estudiante de la Tecnología en Gastronomía, y actualmente beneficiado con el programa de movilidad estudiantil en Perú, nos escribe y nos cuenta su historia.

 

Por más adelantados que algunos estudiantes de intercambio fuéramos en nuestras respectivas carreras, por más jóvenes o viejos, o por más viajes que hubieramos hecho previamente, todos teníamos algo en común el primer día de clases: Todos éramos estudiantes nuevos, primíparos que llaman, otra vez.

 

Uno creería que siendo colombiano y por la cercanía lingüística e histórica que puede haber con el Perú, las diferencias serían mínimas a las que, por ejemplo, un alemán puede apreciar, pero las diferencias son grandes y marcadas especialmente en su sistema académico.

Para comenzar la escala de calificación es de 1 a 20, sacar una nota de 11 para arriba asegura pasar una materia, las clases son todas en presentaciones en Power Point y con recusrsos tecnológicos, lástimosamente, para mi, son pocos los profesores que aún usan el tablero, los parciales son en una semana exclusiva al desarrollo de estos, donde no hay clases presenciales y cada parcial que se entrega se debe hacer con el nombre tapado, para que quien califique no sepa a que alumno está calificando, se pueden cancelar materias hasta veinte días antes de finalizar el ciclo y así otras tantas diferencias que permiten apreciar la vida académica desde otro punto de vista.

A parte de las diferencias académicas nombradas anteriormente, encontramos muchas otras diferencias en todos los aspectos de la vida y esto ha sido lo más gratificante de este viaje, tener la oportunidad de conocer, entender, apreciar y vivir directamente nuevas formas de entender la vida.

Además conté con la fortuna de dar con una familia en Lima que me recibió con los brazos abiertos y me han ayudado con las dificultades que he tenido y me han enseñado a lidiar con el día a día de la ciudad, tanto que hoy día, digo a todo el mundo que vivir en Lima es como vivir en Bogotá, pero al lado del mar.

Faltando un poco más de dos meses para terminar esta experiencia espero que la etapa final sea igual o más fructífera que la inicial, con más aventuras por vivir y con más cosas por estudiar, pero principalmente con más experiencias por adquirir.

Daniel Martínez Tatis, es estudiante del programa Tecnología en Gastronomía de la Universitaria Agustiniana, y hoy gracias a la Oficina de Relaciones Internacionales se encuentra haciendo movilidad estudiantil en la Universidad San Ignacio de Loyola en Lima, Perú. 

ZoomWhatsapp Block

Whatsapp

¡Hablemos por WhatsApp! Completa los siguientes datos y empecemos nuestra conversación.

Celular no valido para el país seleccionado

Cargando